viernes, 17 de junio de 2011

USO CORRECTO DE LA CORREA


La función principal de la correa es la de control. Llevar a un perro con correa debería significar seguridad y comodidad, sin embargo, salir a pasear con un perro a veces se puede transformar en un trastorno. Es común ver como muchos perros, en apariencia normales, se vuelven insoportables a la hora de caminar con la correa puesta. Algunos “llevan” al dueño a los tirones y por lo general en esos casos podemos observar que las correas son cortas, lo que favorece que el perro arrastre a su dueño, incluso algunas personas creen que acortando la correa (enrollandola en la mano) controlaran mejor al perro, obteniendo peores resultados. El propietario debe aprender a manejar la correa antes de pretender que el perro responda a lo que uno pide. La correa debe llevarse bien agarrada, pero no por esto tensa, el perro no debe sentirse “frenado”. 
La correa ideal debe medir aproximadamente un metro y medio, tener buenas terminaciones y un mosquetón de calidad. Solo los perros muy tranquilos y educados pueden utilizar correas extensibles. En ningún caso los perros deben andar sueltos por la calle.

Algunos estudios indican que la correa actúa como una especie de cordón umbilical que une al perro con el dueño y que es por eso que perros tranquilos pueden mostrarse agresivos y protectivos hacia perros y personas desconocidas, solo con el fin de mantener a salvo a su dueño.

Concurso de fuerza: para muchas mascotas la correa significa un test diario de fuerza en el que pueden medir sus posibilidades frente al dueño o el resto de la familia. Según sea el resultado del quién arrastra a quién durante los paseos será el rol que intentará asumir durante la convivencia diaria. Un perro que intenta dominar a sus dueños durante los paseos, intentará hacerlo en todo momento.

Cachorros: el cachorro debe pasar por un período de adaptación a la correa y al collar, lo ideal es que antes de salir a la calle, el perrito ya esté acostumbrado a ambos elementos, debe empezarse poniendole el collar dentro de la casa e incluso los primeros pasos de entrenamiento para caminar con la correa deben realizarse en ese ámbito. Una vez perdido el miedo a la correa, hay que sacarlo a la vereda para que se acostumbre a los ruidos y al movimiento, en esta primera salida hay que quedarse en el frente de la casa, cuando el cachorro se muestre confiado se debe empezar a transitar trayectos cortos, por ejemplo hasta la esquina y volver, a medida que el perro va demostrando mayor confianza se van estirando las distancias. Recuerden que las distancias también deben estar delimitadas por el tamaño y la edad del perro.