martes, 20 de marzo de 2012

CUIDADOS BASICOS DEL PERRO ANCIANO


Los cambios superficiales por el envejecimiento, como el cambio de color del pelo en el hocico o la pérdida de dientes, se producen mucho antes en algunos perros que en otros. A medida que el animal se hace mayor, se deterioran la vista y el oído. Pueden aparecer molestias en las articulaciones (sobre todo en perros de tamaño grande), la piel pierde elasticidad y los músculos se encogen. Los síntomas de envejecimiento varían de un perro a otro y pueden no ser apreciables al principio. Hay que tener paciencia ante los cambios de comportamiento que pueda presentar y no hay que exigirlo con largos paseos o períodos de juegos agotadores. Debemos respetar a nuestro amigo y no pretender que siga siendo tan activo como antes, hay que prestar mucha atención ante los cambios climáticos, evitar en todo momento los cambios bruscos de temperatura y por sobre todas las cosas hay que demostrarle que los seguimos amando como siempre aunque ya no pueda correr a traernos sus juguetes o hacer los trucos que le enseñamos.


Signos de envejecimiento

Los músculos se contraen y el cuerpo se debilita.
El pelaje se vuelve más ralo y seco.
El oído se deteriora, llegando en algunos casos a la sordera completa.
El cristalino del ojo se cubre con una nube gris azulada.
El pelo se vuelve blanco en el hocico y las orejas.
El fluido de las articulaciones se seca, causando inflamación y molestias.


Cómo ayudarlo

Cepillarle los dientes: La infección de encías permite a las bacterias pasar al flujo sanguíneo, este riesgo se reduce cepillando los dientes con cuidado y de manera más frecuente que cuando era más joven.
Cuidado de los ojos: limpiar periódicamente el exceso de secreciones, se puede complementar con el uso de colirio (consultar con el veterinario sobre cada caso)
Cuidado de orejas: la cera se acumula con mayor rapidez en perros adultos, hay que comprobar el estado de las orejas semanalmente, despejar el canal auditivo de suciedad y pelos.
Limpieza: los perros adultos se asean menos que los jóvenes, debido a que su cuerpo es menos flexible. Hay que utilizar cepillos suaves porque la piel se hace más fina y sensible. El baño debe ser corto y tratando de no estresar al animal.
Alimentación: Hay que consultar con un veterinario que dieta es la mejor para nuestro perro, el ejercicio disminuye, el hígado y los riñones bajan su efectividad y no son necesarias las mismas calorías que antes, hay que prestar atención a los extras que se le dan para que no engorde.
Masaje: las molestias en las articulaciones son frecuentes, si nuestro perro no hace ejercicio podemos darle un suave masaje en músculos y articulaciones flexionando las patas suavemente cuando está relajado.



miércoles, 14 de marzo de 2012

ENTRENAMIENTO - EL METODO NELVEG - 2° PARTE


Castigos

Jamás, bajo ningún aspecto o motivo, entrenando o fuera del entrenamiento, le impongas castigos físicos o psicológicos a tu perro. No lo golpees ni con tu mano ni con cualquier otro elemento (diario enroscado, por ejemplo). Tu perro debe respetarte como su líder y no tenerte miedo! Si lo golpeas, estarás criando un perro temeroso de vos. No premies a tu perro por conductas indeseables: por ejemplo, no le des comida cuando te pide mientras estás comiendo, ni tampoco lo empujes (él pensará que estás jugando, o sea, una forma de premio).


Premiar lo bueno, ignorar lo malo.

 Tu perro - y especialmente si es aún cachorro – no sabe muchas veces distinguir lo "bueno" de lo "malo", como vos lo harías. Es muy fácil enseñarle. Si siempre lo regañas por lo que hace mal, él se sentirá frustrado, pues nunca te complace nada de lo que haga. En su lugar, premialo por cualquier cosa que esté haciendo que te parezca bien. Olvidate de las órdenes y los comandos. Si estás viendo la televisión y él está sentado y tranquilo... "muy bien!" y dale una recompensa. Si nunca le prestas mayor atención, el se conformará con cualquier tipo de atención de tu parte, incluso la atención negativa, como lo son los regaños. Si está haciendo algo malo, dile "NO!" pero no digas su nombre cuando lo regañes. Cuando se detenga, felicítalo en el momento. No lo castigues ni lo aísles.


Recompensas

Las recompensas deben ser eso: premios. El alimento balanceado no es un premio, es su comida habitual. Ejemplos de recompensa son: queso, pollo cocido, manzana, zanahoria, galletitas para perros, etc. Las recompensas deben ser fraccionadas en un tamaño pequeño. Lo importante es la cantidad de recompensas recibidas, no el tamaño de las mismas. Las felicitaciones, abrazos, y elogios, también son formas de recompensa, aunque éstas deben ser “aprendidas” por los perros (el apreciar el afecto del humano no es instintivo). Es bueno premiar con comida y elogiar / abrazar / etc. Otra forma más de recompensa son los juegos (dar el juguete favorito, por ejemplo) Los perros aprenden rápido, pero fijan su aprendizaje a través de la repetición y la consistencia: haz siempre lo mismo, hazlo siempre igual. No lo sobreprotejas ni premies el mal comportamiento. Si tu perro se asusta de algo, lo levantas, lo abrazas y le decís con voz dulce "bueno, chiquito, tranquilo...", estarás premiando su miedo. Tu perro nunca tendrá la confianza necesaria en sí mismo. Igualmente, si haces callar a tu perro mientras le ladra a una persona o a otro perro con una actitud similar, tu perro está recibiendo el mensaje equivocado, ya que él siente que lo estás premiando por ser agresivo hacia la gente u otros perros.


Un perro es un perro

Trata y educa a tu Caniche de la misma manera que lo harías si tuvieras un Pastor alemán. Tienen la misma capacidad para aprender, y ciertamente merecen la oportunidad de ser educados apropiadamente. Sobre todo, considera que tu perro es un ser vivo que tiene sentimientos y te ama incondicionalmente. No traiciones su amor. Básicamente, la diferencia entre cánidos relacionándose entre sí, versus la relación humanos-cánidos, es que los cánidos tienen múltiples niveles de advertencia. Esto significa que dejan la agresión como último recurso. Antes de agredir hay todo un conjunto de manifestaciones (o rituales) tanto verbales como corporales, que van desde una simple mirada, a un gruñido, a tirar una mordida al aire, etc., que sirven como disipadores. Los humanos sin embargo, en su gran mayoría tenemos el "hábito" de utilizar ese último recurso como único recurso. Por eso es que raramente los perros responden ante nuestra mirada, sino que sólo responden ante el golpe. ¿Qué advertencia diste antes? Por lo general, ninguna, o tal vez una muy breve que ni siquiera da tiempo al perro a cambiar su conducta. Un excelente ejemplo es imaginar el estado de ánimo de un perro como una especie de semáforo. Cuando está en verde, está todo normal y en paz. Cuando está en rojo, es una guerra desatada.


Semáforos humanos, semáforos caninos

Los humanos sólo solemos tener verde y rojo, y en muy contados casos, un muy breve amarillo. Esto significa, o estamos en paz, o castigamos, sin medias tintas. En comparación, los perros y los lobos, tendrían un semáforo más sofisticado, imaginate un semáforo de 4 ó 5 colores. Verde (estamos en paz), Azul (hummm), Amarillo (me estás
poniendo nervioso, vete), Naranja (última advertencia: o te vas, o se va a poner feo), y por último, rojo. Lo bueno de este sistema de "semáforos imaginarios", es que un perro solo necesita "ver que cambió a azul" para deponer un comportamiento, no le hace falta que se le de una golpiza cada vez.


En la práctica

Las próximas veces (plural, significa muchas veces!) que veas a tu perro hacer algo que  consideres molesto, en lugar de pasar de ignorarlo a castigarlo, haz la prueba y recuerda lo de los semáforos. Planifica cuidadosamente qué comportamiento vas a asociar con cada uno de los cinco colores. Por ejemplo, el verde puede ser ignorar completamente a tu perro; el azul es girar tu cabeza hacia él y mirarlo fijamente; el amarillo, ponerte de pie mirándolo fijamente y diciendo "nooooooooo" en forma grave y como advertencia; el naranja regañarlo ya de forma sobreactuada (como si le estuvieras ladrando). Y en el último, ultimísimo de los casos, llegarás al rojo, donde puedes por ejemplo darle una sacudida tomándolo por su piel alrededor del cuello. Por supuesto, que prácticamente jamás! deberás llegar al rojo.
Debes emitir siempre tus advertencias en el mismo orden, y sin saltearte ninguna, sin importar qué tan malo sea el comportamiento de tu perro. Inmediatamente que tu perro deponga su mal comportamiento (y sin importar en qué "color del semáforo" te encuentres) deberás volver inmediatamente al verde. Si sigues mostrándote enojado, tu perro no aprenderá que hizo el comportamiento que buscabas. La mejor manera de describir a un perro deponiendo un mal comportamiento es lo que la gente identifica comúnmente como un perro  que "se ve culpable"


Tips y advertencias

· Nunca te enojes de veras con tu perro. Actuá como si estuvieras enojado.
· No castigues a tu perro por tiempos prolongados. En cuanto muestre buen comportamiento, se terminan las consecuencias negativas.
· No practiques esto con perros que no sean los tuyos, ni con tus propios perros si tu liderazgo no está plenamente establecido, o de otra manera te arriesgas a que el perro también incremente el nivel de agresión, pudiendo llegar, incluso, a atacar.
· Con un cachorro, jamás llegues al "rojo".


Perros que saltan sobre la gente

Cuando tu perro salta sobre vos u otras personas, lo hace por felicidad, y para demostrar respeto a su "superior" lamiéndote la cara, o para "tocar narices". Este es el motivo por el que no podemos castigar ni enojarnos en esta situación. En el peor de los casos, podría hacer que el perro se vuelva miedoso de las personas o agresivo hacia. Lo que necesitamos hacer es que se detengan los saltos. Existen varias formas para hacer que un perro deje de saltar sobre las personas, pero la mejor es utilizando el lenguaje del perro. Los perros adultos dan la espalda y se alejan de otros perros molestos que - por ejemplo - se la pasan tocandolos. Entonces eso es lo que debemos hacer: cuando el perro se acerque te salte, debés darle la espalda (o al menos, un lado) inmediatamente. Pide a otras personas que ante esta situación hagan lo mismo. Tan pronto como veas que levanta sus patas delanteras del piso, le das la espalda y empezas a caminar tranquilamente en el sentido opuesto. No le hables, no hagas nada, excepto darle la espalda e ignorarlo. Es increíblemente efectivo y luego de muy poco tiempo, si lo haces en forma consistente, los saltos disminuirán hasta desaparecer completamente. Esto se llama extinción: al no darle atención, el comportamiento simplemente desaparece. Es algo que el perro puede comprender con gran facilidad, dado que ellos mismos utilizan este recurso. Cuando notes que tu perro pierde interés por saltar, y esté con sus cuatro patas en el
piso, dale lo que buscaba: atención, caricias, juego. ¿Y si se excita y quiere saltar nuevamente? Simplemente vuelves a darle la espalda e ignorarlo. Y vuelves a esperar a que se calme para darle nuevamente tu atención. Empezá realizando este ejercicio sólo tu perro y vos. Buscá aquellas oportunidades cuando sabés que él saltará (cuando regresás a casa, por ejemplo). Más adelante, incluye en el ejercicio a otros miembros de la familia y por último, solicitá la ayuda de otras personas. Primero, trabaja en tu casa y luego fuera, en distintos ambientes como la vereda o la plaza, para darle oportunidad a tu perro de generalizar el comportamiento. Con las personas a quienes por cualquier motivo no les puedas pedir que le den la espalda (por ejemplo, chicos pequeños, ancianos, o personas con algún impedimento físico o simplemente que no tengan voluntad para colaborar con vos y con tu perro), deberás asegurarte que el perro no tenga la oportunidad de saltarles, manteniéndole con correa y lo suficientemente alejado de ellos. Sostenelo en forma calmada, sin retarlo y sin tirar de la correa. El objetivo en este caso es, simplemente, remover la oportunidad de saltar.


Conclusión

Cuando intentás enseñarle algo a un perro, no tiene sentido ser violento, esto sólo los hace inseguros y miedosos. Lo mejor es encontrar otras maneras de lidiar con el asunto. Y, en lo que respecta a saltar, lo descripto arriba es el método más efectivo, pues se le está dando un mensaje al perro en un idioma que él puede entender.

viernes, 9 de marzo de 2012

ENTRENAMIENTO - EL METODO NELVEG - 1° PARTE


El programa de entrenamiento NELVEG (Nada En La Vida Es Gratis) es efectivo en una amplia gama de problemas de conducta canina. Es útil para todos los perros, ya sean sumisos o dominantes. Este sistema puede utilizarse solo o en conjunto con otras técnicas de modificación del comportamiento y es ideal para utilizar con aquellos animales que no tengan problemas graves de conducta y que sólo necesitan algunos “retoques”  Es sumamente fácil de implementar y no importa si nunca se ha tenido un perro como mascota, por lo tanto no hay excusas para tener un perrito mal educado!


Demanda de atención

El programa comienza eliminando la demanda de atención. Cuando tu perro se te acerca y hociquea tu mano esperando una caricia: ignoralo. No le digas "no". No lo apartes, simulá que no lo notaste. Es posible que intente llamar la atención con más energía, en este caso hay que mantener la postura de ignorarlo. Una vez que se de cuenta que esto ya no funciona, se detendrá. En una jauría, los perros con mayor jerarquía pueden pedir (demandar) atención de aquellos de menor jerarquía, y no al revés. Cuando le prestás atención a tu perro cuando él te lo pide, le estas diciendo que el tiene mayor jerarquía que vos en la jauría.
Los perros tímidos sufrirán el estrés de tener este poder y pueden tornarse impredecibles. Nunca saben cuando tú tomarás el mando, entonces nunca se relajarán.

Algunos perros sienten que su habilidad de demandar atención es la confirmación de que son los "alfa" de la jauría, y es cuando se vuelven más difíciles de manejar. Puede que tengan lo que se necesita para ser los "alfa" o no, pero el hecho que no exista alguien en la jauría que sea claramente el líder es un problema aún mayor que si el perro asumiera el rol tiempo completo. Los perros son más felices cuando el orden en la jauría es estable y la tensión se crea por la constante fluctuación en el liderazgo de la jauría.


Arranque de extinción

Si yo te diera $ 200 cada vez que aplaudís, lo harías bastante,  si dejara de darte dinero, seguramente te acercarías a mi y aplaudirías más fuerte y hasta podrías llegar a gritar Eh! Estoy aplaudiendo quiero mis $ 200!!! Si yo no respondo nada, a la larga te vas a cansar y vas a dejar de aplaudir. Ese último intento ruidoso y más fuerte de lo habitual, se denomina arranque de extinción. Si cansada de tus aplausos y para que termines con el ruido yo te doy $ 200 volvemos todo para atrás y te quedas con la ventaja, o sea que lo fundamental es la constancia.
Cuando tu perro aprende que los comportamientos que solían lograr tu atención ya no funcionan más, él intentará más duro y tendrá una arranque de extinción. Si le prestas atención durante ese momento tendrás que trabajar mucho más para revertir el proceso nuevamente. Decir "no" o apartarlo no es precisamente el tipo de atención que él está buscando, pero sigue siendo atención. Ignorarlo completamente es la forma que funcionará más rápido y mejor.


Tener el poder

Como dueño, tú tienes el control de todas las cosas que son geniales para tu perro. Controlás todos los recursos: juegos, comida, paseos, entrar y salir de la casa, ir a pasear en auto, ir al parque. Todo lo que tu perro quiere proviene de vos. Si él ha estado recibiendo estas cosas en forma gratuita, no tendrá ningún incentivo para respetar tu liderazgo o tu propiedad. Un perro tímido se sentirá estresado por esta situación y un perro más dominante será de difícil de manejar. Ambos prefieren que seas quien se haga cargo.


Algo a cambio de algo

Para implementar el programa NELVEG sólo tienes que hacer que tu perro se gane el uso de tus recursos. ¿Tiene hambre? No hay problema, tan solo tiene que sentarse antes de que su plato de comida se coloque sobre el piso. ¿Quiere jugar a la pelota? ¡Perfecto!
Sólo tiene que echarse antes que la arrojes. ¿Quiere salir a pasear? Entonces debe sentarse para que le puedas poner su correa, y tiene que sentarse también mientras se abre la puerta, hasta que escuche la palabra que significa adelante.
Cuando regresan de un paseo en coche tiene que esperar por la palabra que significa "sal del auto", aunque la puerta se encuentre totalmente abierta. No seas muy duro con él. El ya había aprendido que podía tomar todas las decisiones por sí solo. Haz valer estas
reglas, pero tené presente que sólo está haciendo lo que se le enseñó a hacer, y que probablemente necesite algún tiempo para comprender las nuevas reglas. Vas a prestar atención a cosas que probablemente nunca antes notaste. Cuando le des el alimento a tu perro, hacé que se lo gane. No necesitas utilizar comandos de obediencia. Cualquier tipo de acción servirá. Si tu perro sabe dar la mano, dar la vuelta, o hablar, utiliza esos comandos. Tu perro ¿duerme en tu cama? Enseñale que tiene que esperar a que tu le digas "OK" para subirse a la cama, y que se tiene que bajar cuando le ordenas "BAJATE".
Enseñale un comando para que vaya a su cama, o a algún lugar en particular. Cuando llegue a su lugar y se eche, decile "QUEDATE", y luego dejalo ir con un premio. El que tenga un lugar propio es muy útil para cuando llegan invitados, o por cualquier motivo que necesites que el perro se mantenga fuera del camino por un tiempo. También le
enseña que andar libremente por la casa es un recurso que también está bajo tu control.


Atención y juego

Ahora que tu perro ya no es quien está al mando, tú tendrás que hacer un esfuerzo adicional para darle la atención y el juego que necesita. Llamalo, hacé que se siente y luego dale tanta atención como quieras. Haz que busque su juguete favorito y juega con él por tanto tiempo como tengan energías. La diferencia es que ahora sos vos quien inicia la atención y comienza el juego. Lo que más necesita él es tiempo de calidad contigo.

NELVEG no significa que tienes que restringir la cantidad de atención que le prestas a tu perro. El concepto NELVEG nos enseña acerca de quien inicia la atención y no acerca de la cantidad de atención. Llamá a tu perro cien veces al día para abrazarlo y besarlo si queres. Podés demandar su atención. Pero él ya no podrá demandar la tuya.
Al cabo de uno o dos días, tu perro comenzará a verte en una forma completamente distinta, y estará ansioso por aprender más. Usa esta oportunidad para enseñarle nuevas cosas, como dar la vuelta, o enseñarle a reconocer sus juguetes por su nombre, u otros objetos de la casa. Si tu perro es tímido, verás que ahora está más relajado. Ya no hay motivos por lo que deba preocuparse mucho acerca de nada. Ahora tiene fe completa en ti como su protector y guía. Si tienes un perro más dominante, él estará feliz que la pelea por el liderazgo acabó, y su nuevo rol es el de una mascota devota y adorada.



NO

El No es una de las cosas más importantes que debe aprender tu perro. El No no es un castigo. El No es tu manera de decirle a tu perro que el comportamiento que está exhibiendo es inaceptable. Pero, ¿cómo debes decirle a tu perro que No?
Hay una serie de reglas básicas para que tu perro aprenda el significado de la palabra No. Lo primero que debes saber es que hay un "No" para cada perro, tenés que encontrar el No que funciona para tu perro. Según el carácter de tu perro, tu No deberá ser más o
menos enérgico. El No cumple la función de que tu perro se detenga inmediatamente. Debe sorprender, pero no asustar. Si tu perro "no te oye", deberás ser más enérgico. Si asustas a tu perro, debes ser más suave. El No ha de decirse una sola vez. "No!". Debes sonar serio y convincente. El tono de tu voz es lo más importante. Miralo lo más directa y fijamente posible a los ojos. También deberás encontrar el "punto justo" en tu mirada de acuerdo a tu perro. Una mirada muy
fuerte puede causarle a tu perro mucho más miedo que el grito más enérgico. Jamás digas el nombre de tu perro en lugar del No. "Bobi Noooooo!!!" sólo causará que tu perro asocie su nombre con algo negativo (el No). Sólo di "No!". Él sabrá que se lo dices a él, pues lo estás mirando directamente.
Nunca golpees a tu perro para que te entienda. Si tu perro no te obedece ante ningún No, procura ayuda de un profesional en conducta canina, quien evaluará a tu perro y te asesorará.
El No no sirve si no enseñas a tu perro la "moraleja", es decir, que le indiques qué es correcto. Por ejemplo, si tu perro salta sobre vos, decile "No!" y cuando se baje, felicitalo.
El mejor momento para decir No no es mientras tu perro está haciendo algo indeseable, sino antes que tu perro lo haga. No, no me volví loca. Tenés que aprender a "leer a tu perro". Su lenguaje corporal lo delatará siempre. Si está por morder la pata de una silla: "No!" En cuanto cambió de idea, dale un juguete que SI pueda morder y felicitalo (la moraleja). Si está a punto de saltar encima tuyo: NO! Cuando veas que se está preparando para saltar. En cuanto relaja su cuerpo y no salta, premio! Esto funciona muchísimo mejor que decirle que no una vez que hizo algo. La idea es que decirle "ni siquiera lo pienses!" (saltar, morder, ladrar, etc) Asegurate de leer bien a tu perro, para no confundirlo con retos fuera de lugar.
Si tu perro ya está haciendo eso que no quieres que haga, mejor acostumbrarlo a otras órdenes, distintas de No. Por ejemplo "basta", o "bajate”. Nunca le digas No a tu perro luego de que se ha portado mal, y mucho menos, lo castigues. Eso es es totalmente nocivo, pues el pensará que se lo estás regañando por lo que está haciendo -o pensando- en ese momento, que seguramente nada tiene que ver con la travesura que hizo hace un minuto.