viernes, 9 de marzo de 2012

ENTRENAMIENTO - EL METODO NELVEG - 1° PARTE


El programa de entrenamiento NELVEG (Nada En La Vida Es Gratis) es efectivo en una amplia gama de problemas de conducta canina. Es útil para todos los perros, ya sean sumisos o dominantes. Este sistema puede utilizarse solo o en conjunto con otras técnicas de modificación del comportamiento y es ideal para utilizar con aquellos animales que no tengan problemas graves de conducta y que sólo necesitan algunos “retoques”  Es sumamente fácil de implementar y no importa si nunca se ha tenido un perro como mascota, por lo tanto no hay excusas para tener un perrito mal educado!


Demanda de atención

El programa comienza eliminando la demanda de atención. Cuando tu perro se te acerca y hociquea tu mano esperando una caricia: ignoralo. No le digas "no". No lo apartes, simulá que no lo notaste. Es posible que intente llamar la atención con más energía, en este caso hay que mantener la postura de ignorarlo. Una vez que se de cuenta que esto ya no funciona, se detendrá. En una jauría, los perros con mayor jerarquía pueden pedir (demandar) atención de aquellos de menor jerarquía, y no al revés. Cuando le prestás atención a tu perro cuando él te lo pide, le estas diciendo que el tiene mayor jerarquía que vos en la jauría.
Los perros tímidos sufrirán el estrés de tener este poder y pueden tornarse impredecibles. Nunca saben cuando tú tomarás el mando, entonces nunca se relajarán.

Algunos perros sienten que su habilidad de demandar atención es la confirmación de que son los "alfa" de la jauría, y es cuando se vuelven más difíciles de manejar. Puede que tengan lo que se necesita para ser los "alfa" o no, pero el hecho que no exista alguien en la jauría que sea claramente el líder es un problema aún mayor que si el perro asumiera el rol tiempo completo. Los perros son más felices cuando el orden en la jauría es estable y la tensión se crea por la constante fluctuación en el liderazgo de la jauría.


Arranque de extinción

Si yo te diera $ 200 cada vez que aplaudís, lo harías bastante,  si dejara de darte dinero, seguramente te acercarías a mi y aplaudirías más fuerte y hasta podrías llegar a gritar Eh! Estoy aplaudiendo quiero mis $ 200!!! Si yo no respondo nada, a la larga te vas a cansar y vas a dejar de aplaudir. Ese último intento ruidoso y más fuerte de lo habitual, se denomina arranque de extinción. Si cansada de tus aplausos y para que termines con el ruido yo te doy $ 200 volvemos todo para atrás y te quedas con la ventaja, o sea que lo fundamental es la constancia.
Cuando tu perro aprende que los comportamientos que solían lograr tu atención ya no funcionan más, él intentará más duro y tendrá una arranque de extinción. Si le prestas atención durante ese momento tendrás que trabajar mucho más para revertir el proceso nuevamente. Decir "no" o apartarlo no es precisamente el tipo de atención que él está buscando, pero sigue siendo atención. Ignorarlo completamente es la forma que funcionará más rápido y mejor.


Tener el poder

Como dueño, tú tienes el control de todas las cosas que son geniales para tu perro. Controlás todos los recursos: juegos, comida, paseos, entrar y salir de la casa, ir a pasear en auto, ir al parque. Todo lo que tu perro quiere proviene de vos. Si él ha estado recibiendo estas cosas en forma gratuita, no tendrá ningún incentivo para respetar tu liderazgo o tu propiedad. Un perro tímido se sentirá estresado por esta situación y un perro más dominante será de difícil de manejar. Ambos prefieren que seas quien se haga cargo.


Algo a cambio de algo

Para implementar el programa NELVEG sólo tienes que hacer que tu perro se gane el uso de tus recursos. ¿Tiene hambre? No hay problema, tan solo tiene que sentarse antes de que su plato de comida se coloque sobre el piso. ¿Quiere jugar a la pelota? ¡Perfecto!
Sólo tiene que echarse antes que la arrojes. ¿Quiere salir a pasear? Entonces debe sentarse para que le puedas poner su correa, y tiene que sentarse también mientras se abre la puerta, hasta que escuche la palabra que significa adelante.
Cuando regresan de un paseo en coche tiene que esperar por la palabra que significa "sal del auto", aunque la puerta se encuentre totalmente abierta. No seas muy duro con él. El ya había aprendido que podía tomar todas las decisiones por sí solo. Haz valer estas
reglas, pero tené presente que sólo está haciendo lo que se le enseñó a hacer, y que probablemente necesite algún tiempo para comprender las nuevas reglas. Vas a prestar atención a cosas que probablemente nunca antes notaste. Cuando le des el alimento a tu perro, hacé que se lo gane. No necesitas utilizar comandos de obediencia. Cualquier tipo de acción servirá. Si tu perro sabe dar la mano, dar la vuelta, o hablar, utiliza esos comandos. Tu perro ¿duerme en tu cama? Enseñale que tiene que esperar a que tu le digas "OK" para subirse a la cama, y que se tiene que bajar cuando le ordenas "BAJATE".
Enseñale un comando para que vaya a su cama, o a algún lugar en particular. Cuando llegue a su lugar y se eche, decile "QUEDATE", y luego dejalo ir con un premio. El que tenga un lugar propio es muy útil para cuando llegan invitados, o por cualquier motivo que necesites que el perro se mantenga fuera del camino por un tiempo. También le
enseña que andar libremente por la casa es un recurso que también está bajo tu control.


Atención y juego

Ahora que tu perro ya no es quien está al mando, tú tendrás que hacer un esfuerzo adicional para darle la atención y el juego que necesita. Llamalo, hacé que se siente y luego dale tanta atención como quieras. Haz que busque su juguete favorito y juega con él por tanto tiempo como tengan energías. La diferencia es que ahora sos vos quien inicia la atención y comienza el juego. Lo que más necesita él es tiempo de calidad contigo.

NELVEG no significa que tienes que restringir la cantidad de atención que le prestas a tu perro. El concepto NELVEG nos enseña acerca de quien inicia la atención y no acerca de la cantidad de atención. Llamá a tu perro cien veces al día para abrazarlo y besarlo si queres. Podés demandar su atención. Pero él ya no podrá demandar la tuya.
Al cabo de uno o dos días, tu perro comenzará a verte en una forma completamente distinta, y estará ansioso por aprender más. Usa esta oportunidad para enseñarle nuevas cosas, como dar la vuelta, o enseñarle a reconocer sus juguetes por su nombre, u otros objetos de la casa. Si tu perro es tímido, verás que ahora está más relajado. Ya no hay motivos por lo que deba preocuparse mucho acerca de nada. Ahora tiene fe completa en ti como su protector y guía. Si tienes un perro más dominante, él estará feliz que la pelea por el liderazgo acabó, y su nuevo rol es el de una mascota devota y adorada.



NO

El No es una de las cosas más importantes que debe aprender tu perro. El No no es un castigo. El No es tu manera de decirle a tu perro que el comportamiento que está exhibiendo es inaceptable. Pero, ¿cómo debes decirle a tu perro que No?
Hay una serie de reglas básicas para que tu perro aprenda el significado de la palabra No. Lo primero que debes saber es que hay un "No" para cada perro, tenés que encontrar el No que funciona para tu perro. Según el carácter de tu perro, tu No deberá ser más o
menos enérgico. El No cumple la función de que tu perro se detenga inmediatamente. Debe sorprender, pero no asustar. Si tu perro "no te oye", deberás ser más enérgico. Si asustas a tu perro, debes ser más suave. El No ha de decirse una sola vez. "No!". Debes sonar serio y convincente. El tono de tu voz es lo más importante. Miralo lo más directa y fijamente posible a los ojos. También deberás encontrar el "punto justo" en tu mirada de acuerdo a tu perro. Una mirada muy
fuerte puede causarle a tu perro mucho más miedo que el grito más enérgico. Jamás digas el nombre de tu perro en lugar del No. "Bobi Noooooo!!!" sólo causará que tu perro asocie su nombre con algo negativo (el No). Sólo di "No!". Él sabrá que se lo dices a él, pues lo estás mirando directamente.
Nunca golpees a tu perro para que te entienda. Si tu perro no te obedece ante ningún No, procura ayuda de un profesional en conducta canina, quien evaluará a tu perro y te asesorará.
El No no sirve si no enseñas a tu perro la "moraleja", es decir, que le indiques qué es correcto. Por ejemplo, si tu perro salta sobre vos, decile "No!" y cuando se baje, felicitalo.
El mejor momento para decir No no es mientras tu perro está haciendo algo indeseable, sino antes que tu perro lo haga. No, no me volví loca. Tenés que aprender a "leer a tu perro". Su lenguaje corporal lo delatará siempre. Si está por morder la pata de una silla: "No!" En cuanto cambió de idea, dale un juguete que SI pueda morder y felicitalo (la moraleja). Si está a punto de saltar encima tuyo: NO! Cuando veas que se está preparando para saltar. En cuanto relaja su cuerpo y no salta, premio! Esto funciona muchísimo mejor que decirle que no una vez que hizo algo. La idea es que decirle "ni siquiera lo pienses!" (saltar, morder, ladrar, etc) Asegurate de leer bien a tu perro, para no confundirlo con retos fuera de lugar.
Si tu perro ya está haciendo eso que no quieres que haga, mejor acostumbrarlo a otras órdenes, distintas de No. Por ejemplo "basta", o "bajate”. Nunca le digas No a tu perro luego de que se ha portado mal, y mucho menos, lo castigues. Eso es es totalmente nocivo, pues el pensará que se lo estás regañando por lo que está haciendo -o pensando- en ese momento, que seguramente nada tiene que ver con la travesura que hizo hace un minuto.


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