viernes, 28 de diciembre de 2012
jueves, 11 de octubre de 2012
lunes, 13 de agosto de 2012
martes, 15 de mayo de 2012
LA SITUACION ACTUAL EN EL RUBRO "MASCOTAS"
Esto lo escribo sin alzar ninguna bandera política, mi
intención es comentar lo que está ocurriendo en el rubro en el cual trabajo. En
Argentina casi no se fabrican accesorios para mascotas, se pueden conseguir
golosinas, colchonetas y collares de cuero, algún shampoo y casi nada más. La
gran mayoría de los accesorios viene de China y son los mismos productos que se
venden en Europa o Estados Unidos, como todo lo que viene de China puede
encontrarse a distintos precios y obviamente con distintos grados de calidad.
De esos artículos que vienen de China no hay una variante “industria nacional”.
Hace unos años, por no sé que conflicto con China, la soja y las medidas aplicadas,
faltaron artículos importados, fui con muestras de los productos a dos
fabricantes de artículos plásticos y ambos me dijeron que no podían elaborar una
versión nacional, los motivos? Las matrices son caras, no se venden cantidades
que justifiquen esa inversión y no se puede competir en el exterior con los
precios de China, o sea: no es conveniente. Ahora pasa lo mismo, lo que no
entra por las fuertes restricciones a las importaciones simplemente no se
consigue.
Qué pasa con los precios? Algunos productos nacionales han
aumentado entre un 45 y un 60% desde marzo del año pasado. Los artículos
importados no sufrieron grandes variaciones en los últimos años, pero con la
imposibilidad de comprar dólares en el mercado oficial, los importadores
manejan los precios teniendo en cuenta únicamente el dólar paralelo. Se reciben
listas de precios con aumentos de hasta el 25% y a la semana se informa otra
suba del 5% para “emparejar con el dólar” Faltan productos y eso promueve que
los importadores y distribuidores aumenten los precios y que especulen con las
cantidades que ofrecen.
Qué pasa con los libros sobre animales? Simplemente no están
ingresando; en Argentina básicamente no se imprimen libros sobre mascotas, hay
algunas impresiones básicas de mala calidad y la cantidad de razas que retratan
es mínima. Las buenas colecciones venían de España, pero actualmente se trabaja
con remanentes. Pasa lo mismo que con
los accesorios, al empresario argentino no le conviene imprimir si no sabe que
va a vender muchos ejemplares. Cuántos libros se pueden vender sobre razas como
el Cavalier King Charles, el Bouvier de Flandes u otras razas poco difundidas?
Qué pasa con los locales? El Pet Shop y la peluquería canina
parecen haber reemplazado a lo que es su momento fueron los maxikioscos,
videoclubes, canchas de paddle y locutorios. Abren y abren locales, uno al lado
del otro, pero si prestamos atención son cada vez más los fondos de comercio
que se ofrecen en el rubro. Es totalmente lógico que ante la inflación y la
desconfianza generalizada la gente reemplace al baño en la peluquería por un
baño “casero”, que en lugar de un juguete llamativo le de a su mascota una
pelota vieja. Aumenta la oferta, baja la demanda y el comercio apenas resiste.
Qué pasa con las cosas que se fabrican acá? También se
resiente la producción nacional, una conocida marca de alimento para peces no
lanza sus productos al mercado porque a la imprenta que los abastece no le
dejan pasar por la aduana el pegamento para las etiquetas (no es chiste)
Quienes fabrican comederos y otros accesorios plásticos no están produciendo
porque les faltan componentes que traen de afuera.
Qué podemos hacer? No mucho, pero en principio tratemos de no
favorecer a las marcas que pretenden ganar con “avivadas” si además de aumentar
el precio, reducen el tamaño del envase o bajan la calidad del producto, busquemos
otro producto similar y por sobre todo tratemos de no fomentar corridas que
promuevan más aumentos.
viernes, 13 de abril de 2012
ENTRENAMIENTO - EL METODO NELVEG - 4° PARTE
Por qué ladran los perros?
Sucede que en muchas ocasiones, nuestro perro puede convertirse en
un animal ruidoso y molesto sin aparente razón alguna. Lo que en realidad
sucede, es que los seres humanos no comprendemos de inmediato la gran cantidad
de razones por las cuales un perro ladra. El ladrido es la manera en que
nuestros compañeros se comunican tanto con los miembros de su especie, como con
su dueño, expresando estados de ánimo, sentimientos, o advirtiendo de algún
peligro o persona extraña. Siempre hay que tener en cuenta que los perros son
animales territoriales y por lo tanto ellos tienden a defender su espacio por
medio de ladridos y gruñidos que los hacen ver más feroces ante su “agresor”.
“No me dejes solo”, “cuidado, peligro”, “alguien se acerca a la
casa”, “ahí viene el intruso”, son algunos de los mensajes que contienen esos
persistentes y ensordecedores ladridos. Por esta razón debemos entender antes
que nada, que nuestro perro no intenta hacernos desesperar y enojar con su
medio de comunicación ya que él sólo desea disfrutar de nuestra compañía,
ofreciéndonos todo su amor y protección. Sin embargo, un perro que ladra
demasiado e inoportunamente es uno de los principales problemas a los que los
propietarios deben enfrentarse, en una situación que suele acabar con su
paciencia y sólo les deja la aparente salida de los gritos, los castigos y el uso
de la fuerza; prácticas inhumanas que pueden dañar a su mascota y que no
solucionan el problema de fondo.
La solución a este común problema se encuentra ni mas ni menos que
en las manos de cada persona, entendiendo el comportamiento de su perro y
descubriendo las causas que originan la mala conducta.
Acá estoy!
Los perros son animales que aprenden con rapidez, formando hábitos
encaminados a su beneficio y con más razón si alguno de éstos contribuye a
llamar la atención de su dueño, ya sea de buena o de mala gana; no importa
como, “la atención es la atención”. Así se le hable con delicadeza o se le
grite con desesperación para que deje de ladrar, lo importante para tu perro es
que de una u otra forma estás interactuando con él. Si tu perro ladra para
llamar la atención, simplemente hay que enseñarle que sus acciones tendrán el
efecto contrario. Cuando estés ocupado o descansando y tu perro comience a ladrar,
ignoralo y dale la espalda alejandote de él. Cuando se calle, aunque sea por un
momento, acercate, pero sin verlo o dirigirle la palabra; con el tiempo, aprenderá
que los ladridos te alejan, y que el permanecer en silencio te trae de vuelta. Cuando
guarde silencio por periodos de tiempo más largos, como de treinta segundos a
un minuto, premialo ya sea con caricias o con comida. Este proceso debe
repetirse diariamente hasta que la mala conducta haya desaparecido y el perro
haya entendido que si se calla, su amo le “hará caso”.
Me da miedo estar solo!
Tu mascota también puede ladrar cuando se encuentra sola en casa, aburrida
y estresada por largos periodos de tiempo. Los perros son animales sociales y
la mayoría de las veces no pueden entender porqué los miembros de su familia se
van dejándolos completamente solos. Como resultado, se dan los ladridos a causa
del estrés o simplemente por aburrimiento. El único remedio para este mal es
enseñarle a tu perro a tolerar la ausencia de sus dueños. Muchas personas
cometen el error de pasar todo el tiempo con sus mascotas cuando se encuentran
en casa, lo cual es contraproducente, ya que cuando el dueño tiene que salir,
el perro siente que ha sido abandonado. Por esta razón es necesario que se
intercalen periodos de juego, con periodos de aislamiento, lo que le ayudará a
tolerar la soledad, sintiéndose más seguro cuando tú no estás en casa. Otra
manera efectiva, es atar al perro a la pata de una mesa o una silla mientras
estás sentado o viendo la televisión y darle juguetes para masticar en los que
pueda ocuparse. Progresivamente el “temeroso can” se acostumbrará a esta
situación y será el momento de colocarlo en un cuarto a parte por cortos
periodos de tiempo, aumentando el plazo hasta que el perro ya no se sienta solo
y esté acostumbrado a quedarse en casa sin compañía alguna. Es muy importante
nunca olvidar proveerlo de juguetes, ya que debemos ocuparlo en alguna
actividad que le divierta y le ayude a pasar el tiempo.
Cuidado!
El ladrido como alarma fue la principal razón por la cual los
humanos domesticaron a los perros, por eso, resulta irónico que esta razón
ahora se vea convertida en un problema social. Un animal que ladra en presencia
de intrusos puede ser muy útil en algunas ocasiones, pero si los ladridos son
persistentes y no cesan después de algunas cuantas advertencias, se convierte
en un verdadero problema. Si deseas enseñar a tu perro a ladrar solamente en el
momento indicado, primero debés armarte del equipo necesario: una persona que
te ayude y un par de premios para recompensar al perro. Sienta al perro al pie
de la puerta y da la orden de “habla” al mismo tiempo en que la segunda
persona, del lado opuesto, comienza a tocar la puerta; en ese momento premia a
tu mascota y dile “gracias” o “buen perro”; quien se sorprenderá, ya que está acostumbrado
a que le gritan cuando ladra. Ahora, mientras siguen tocando la puerta, dale la
siguiente orden: “callado” y poné frente a su nariz el premio, después deben
dejar de tocar la puerta. Poco a poco, la “alarma canina” aprenderá de una
forma divertida e interesante la relación entre las órdenes y lo que queremos
que haga, ya sea, avisar de la presencia de un extraño, o quedarse callado.
Qué sos, quién sos, por qué estás acá?
Los ladridos constantes en un patio o en un jardín suelen ser una
de las quejas más comunes entre los vecinos; un perro que ladra con el mínimo
estímulo visual o auditivo del exterior; con cada persona o animal que pasa
frente a su territorio, no es precisamente “música para los oídos”. Con
frecuencia, el perro que vive afuera, advertirá de los ruidos, personas o
animales que vea o escuche, lo cual puede resultar molesto tanto para quienes
pasan frente a la casa, como para quienes habitan alrededor de ella. Dejar a un
animal en el patio o en el
jardín por mucho tiempo, lo llevará a encontrar actividades que no
precisamente son “apropiadas” para nosotros, además de que se expone a una
serie de peligros, como a ser envenenado, robado, o a lastimarse con los
plantas y alimañas que habitan en el jardín. La única solución es enseñarlo a
centrar su atención en juguetes, tener más interacción con él y mantenerlo
dentro de la casa, aunque sea la una parte del tiempo que suele estar en el
exterior; en conjunto, los juguetes y las distintas actividades físicas y mentales
que lleves a cabo con tu perro, lo distraerán y le enseñarán cosas más divertidas
que ladrar constantemente.
Problemas de ladridos
La clave para resolver un problema de ladridos es en primer lugar
el determinar el por qué ladra
el perro. Es por aburrimiento? Está ansioso por quedarse solo todo el día (ansiedad
por separación)? O tal vez porque los vecinos o transeúntes lo molestan. Tu perro
ladra durante un momento particular en el día, o en determinadas situaciones? Prueba
con algunos de los consejos que te damos a continuación durante un par de semanas,
no recurras al castigo físico y haz un poco de trabajo de detective antes de elegir
la solución adecuada.
Guía general para un perro ruidoso
No toques a tu perro cuando esté ladrando. Cualquier contacto o
caricia que intentes hacerle en ese momento sólo servirá para reforzar la conducta de ladridos. Sólo
toca a tu mascota cuando esté tranquilo y en silencio. Consulta a un
especialista en comportamiento si pensas que tu perro ladra por miedo o por un
problema de ansiedad por separación. No premies el comportamiento de ladrar al:
acariciar o tocar a tu perro, levantarlo, darle una galleta o su comida,
abrirle la puerta porque te está gritando a ti, permitirle salirse de su jaula
transportadora, o darle algo que él quiere. Espera hasta que tu perro se tranquilice para darle lo que él
quiere. Premia el silencio! Esta es la parte más importante para enseñar a tu
perro a que esté callado. Es importante que premiemos a nuestros perros por buen comportamiento cada día de sus vidas. Cada vez que el
perro está callado cuando normalmente ladraría, asegúrate de felicitarlo, darle
unas palmaditas, o una rascada, y un premio. Esto es para que aprenda que te
gusta mucho cuando el silencio reina en la casa. Haz que tu perro forme parte
de la familia. El comportamiento inaceptable, tal como los ladridos
indeseables, jamás mejoran aislando
al perro. De hecho, esa podría ser la razón por la que tu perro ladra todo el
tiempo, ya que es infeliz estándo fuera. Deja que tu perro esté dentro cuando
tú te vas si es el único momento en el que tu perro ladra. Él se sentirá más
seguro dentro de la casa. Un perro es
un animal de jauría que necesita interacción social diaria con su familia.
Como mínimo, tu perro debería estar vos toda vez que estés en casa, incluido
dormir dentro por las noches. Si nunca has llevado a tu perro a clases de
entrenamiento, este es un buen momento para hacerlo! Los animales de jauría
necesitan de su jauría y para bien o para mal, tú eres esa jauría! Bríndale
mucho ejercicio. Antes de irte a trabajar, haz que tu perro corra su pelota, su
frisbee o una vara. La regla general es 20 minutos de ejercicio aeróbico, dos
veces al día (obviamente si tu perro goza de buena salud) Recuerda que un perro
cansado es un perro bueno, porque estará descansando y no ladrando o siendo
destructivo.
Dale un lugar seguro para estar. Si a tu perro lo molestan los
vecinos, entonces construye un espacio seguro y que no permita ver al otro
lado, bien lejos de la cerca. Haz pausas. Antes de dejar solo a tu perro, no
pases mucho tiempo con él, para que no se ponga excesivamente ansioso por
quedarse solo. Deliberadamente ignóralo durante veinte a treinta minutos, al
menos tres veces al día (hace de cuenta que no estás ahí, no le hables,
acaricies o mires y alejate si él trata de hacer contacto con vos). Asegurate
que toda la familia participa en estas pausas. Una vez que el perro acepte las
pausas, avanza a las ventanas de tiempo.
Ventanas de tiempo. Existen estudios que demuestran que la mayoría
de los perros son destructivos y ladran durante los veinte minutos siguientes a
los que te vas al trabajo (el perro está estresado por quedarse solo) y veinte
minutos antes que regreses (los perros anticipan el regreso de su persona
favorita). Las ventanas de tiempo le enseñan al perro a calmarse durante el día
y a permanecer tranquilo a tu regreso. Quince minutos antes de irte por la
mañana, coloca a tu perro donde va a pasar el día e ignoralo. Cuando es tiempo
de irte, sólo andate. Al
regresar a casa, es lo mismo a la inversa: llegas y durante quince minutos
dejas el perro donde estaba, lo ignoras completamente, no lo acaricias, hablas
ni mirás. Esto hará que tu perro aprenda a que debe existir un momento de
tranquilidad entre que llegas a la casa y el momento en que puede saludarte. Dale
a tu perro algo para hacer mientras tú no estás. Si tu perro está ocupado mordiendo
algo, es improbable que a la vez esté ladrando. Existen juguetes especiales que
puedes rellenar con comida y que mantienen al perro entretenido por bastante
tiempo, están diseñados para que sólo una pequeña cantidad de alimento salga de
su interior. No agredas a tu perro, ni le cierres el hocico con la esperanza de
que esto detendrá el ladrido. Este tipo de castigo lo único que le enseñará
es a temerte. Recordá, hace el trabajo
de detective para averiguar por qué
ladra tu perro.
jueves, 12 de abril de 2012
EL HOMBRE QUE APRENDIO A LADRAR DE MARIO BENEDETTI
Lo
cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos
de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin
triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar. No a imitar
ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino
verdaderamente a ladrar. ¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento?
Ante sus amigos se auto flagelaba con humor: "La verdad es que ladro por
no llorar". Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi
franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación.
¿Cómo amar entonces sin comunicarse?
Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo. A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.
Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinas de mi forma de ladrar?" La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano”.
Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo. A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.
Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinas de mi forma de ladrar?" La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano”.
miércoles, 11 de abril de 2012
ENTRENAMIENTO - EL METODO NELVEG - 3° PARTE
Qué es el apego
El apego es
el cariño o la atracción natural que tiene un perro por su manada, ya sea por
uno o varios de sus dueños, por otros perros e incluso otros animales. Es un comportamiento normal en un animal de manada como
el perro, mientras que es poco habitual en animales de naturalezas más
independientes como los gatos.
Fases del apego
Los cachorros tienen que pasar por ciertas fases normales en este apego. Primero deben estar muy cercanos a
su madre y a los otros miembros de su manada, porque son criaturas débiles y
frágiles que necesitan mucha atención y muchos cuidados y estar separados de su
grupo puede llevar a la muerte, pero después deben pasar por una fase de desapego - que es normal - en
el que se vuelven un poco más independientes y que en la naturaleza les
serviría para formar su nueva manada o poder actuar por sí solos sin necesidad
de estar tan cercanos a su madre o compañeros. Siguen siendo un grupo, pero ya
no deben estar todo el tiempo tan pegados a los otros miembros de la manada. En
los perros mascota a veces ocurre que no se da correctamente esta fase de
desapego, y se presenta el hiperapego,
es decir, el perro está tan ligado a su dueño, que se convierte en un problema,
porque no puede estar solo y no acepta separarse de su dueño ni por breves
instantes. Esto no es normal ni saludable, porque el dueño empieza a no poder
salir en lo más mínimo o el perro tiene reacciones que conocemos como "ansiedad
por separación", es decir, se angustia tanto de quedarse solo que puede romper
objetos, orinar o defecar por todos lados, ladrar todo el tiempo, etc. En casos
extremos el perro llega a causar graves pérdidas económicas sobre los bienes
del dueño, o incluso se lastima gravemente a sí mismo. Es importante que se practiquen
ejercicios de desapego con el perro, ya que la dinámica de una manada humana es muy distinta a la de una canina:
a diferencia de las manadas caninas, los miembros humanos de estas "manadas"
nos vemos en la obligación de estudiar, trabajar, irnos de paseo y otras
actividades que fuerzan al perro a permanecer solo durante períodos mucho más
largos que lo que su naturaleza le permite.
Entrenando el desapego
Dejalo en una habitación, cerra la puerta y si no está llorando regresa
a los pocos segundos. Anda cambiando de habitación y progresivamente (a lo
largo de varios días o semanas) aumenta la cantidad de tiempo que lo dejas solo.
Después practica lo mismo, pero saliendo de la casa. Salí y regresá a los pocos
segundos. Si llora, grita, ladra o rasguña no tenés que volver, pues creerá
que de esa manera logra que regreses y lo seguirá haciendo. Es importante que
al comienzo regreses en poco tiempo, pues le enseña que cuando te vas,
regresas. Gradualmente irás trabajando en aumentar los tiempos para no crear ansiedad.
Cuando te vayas, prueba dejarle cosas con qué entretenerse. Ten en cuenta que esto
implica mucha paciencia y dedicación, pero que al final, valdrá la pena! Un
perro, ya adulto, que resulta agresivo con otros perros debido a falta de
socialización cuando cachorro, puede aprender a convivir con ellos, a través de
un programa de socialización remedial.
Socialización remedial
Este programa implica que el perro en cuestión conozca gran
cantidad de perros distintos, pero de manera totalmente CONTROLADA. Siempre
debe traer una correa puesta, con un collar resistente, y si se considera necesario
puede utilizarse un bozal, aunque los ejercicios deben comenzar a DISTANCIA, y
siempre con mucha precaución. El perro debe colocarse a distancia con respecto
al otro perro. Ambos perros con correa. La distancia es MUY importante. No
deben quedar tan cerca que el perro que necesite socializar se ponga nervioso,
al contrario, debe seleccionarse una distancia a la que aún pueda mantenerse
relajado o por lo menos, que pueda ponerle suficiente atención a su manejador y
tomar premios de él. Si el perro está inquieto, tenso o no acepta los premios,
significa que esta distancia debe aumentarse. Lo ideal es que el otro perro sea
sociable, tranquilo y más bien sumiso, de preferencia de sexo opuesto al perro
a socializar. No es conveniente socializar remedialmente a un perro con otros
ejemplares miedosos, agresivos o que tampoco estén bien socializados, ya que
esto aumenta mucho la tensión entre ambos. Si el ejercicio está "planeado"
y el otro perro es conocido, mucho mejor. Si se trata de realizar los ejercicios
en un sitio de "la vida real" como un parque, un estacionamiento,
etc, no siempre se conocerá a los demás perros, pero manteniendo la distancia
prudente EN TODO MOMENTO, no
deberá haber mayores problemas. Cuando el perro a socializar vea, a distancia,
al otro perro, se le deben de dar premios, muchos, muchos premios, hasta que el
otro perro se vaya. Los premios deben de fluir constantemente y muy
generosamente entre el dueño y su perro durante todo el tiempo que este vea al
otro perro a distancia. Cuando el otro perro se vaya, inmediatamente deben
dejar de darse premios. Esta técnica, llamada desensibilización, tiene como fin
que el perro relacione a los otros animales con los premios que recibe, lo que
hará que gradualmente los sentimientos iniciales de inseguridad, miedo, defensa
o agresión, se conviertan en otros mucho más agradables, con relación a los
otros perros. Después de varias sesiones, se nota que el perro que antes
ladraba, gruñía, o se portaba tenso e inquieto ante los otros perros, ahora
empieza a buscar a su dueño y a mover la cola alegremente al ver pasar a otro perro
frente a él. En este momento puede disminuirse un poco la distancia entre el
perro a socializar y los otros ejemplares que pasen frente a él, entonces es
necesario observar nuevamente la reacción del perro: si se mantiene tranquilo y
atento a su manejador, la distancia es conveniente. Si el perro se descontrola
y se muestra tenso, significa que la distancia se acortó demasiado pronto, lo
que implica que hay que alejarse un poquito más de los otros animales. Encontrando
la nueva distancia a la que se puede realizar el ejercicio, sin que el perro se
muestre tenso, se repite nuevamente la operación: dar muchos premios cada vez
que otro perro pase frente al que estamos sociabilizando. Dejar de dar premios
cuando se vaya y así sucesivamente. Gradualmente se puede seguir
disminuyendo la distancia, hasta que, eventualmente, el perro pueda estar
perfectamente junto a otros perros, sin mostrarse tenso, inquieto, agresivo o
miedoso. Estos ejercicios deben realizarse siempre con mucha paciencia y muy
gradualmente, ya que acelerar los pasos puede ocasionar que se pierda el
trabajo anterior, si el perro se siente tenso o agredido. Otra técnica muy
utilizada para socializar perros, es el “contracondicionamiento”, con esta serie de ejercicios se busca que
el perro aprenda cómo actuar en determinada situación. Normalmente, un perro
mal socializado, cuando ve a otro en la calle o en un sitio público, opta por
gruñirle, ladrarle, lanzarse hacia él, jalarse de la correa o incluso tirarle
mordidas. Con esta técnica se logra que el perro actúe de un modo específico, cuando
se presenta el estímulo, que en este caso son otros perros. De este modo puede enseñársele
al perro a sentarse, o a ver fijamente y solamente a su dueño, ante la presencia
de otros perros, con lo que se vuelve mucho más controlable. Si un perro no fue
bien socializado, es muy probable que sienta inseguridad, temor o ansiedad en
presencia de otros perros, por lo que muchas veces es indispensable modificar
estos sentimientos antes de
poder enseñarle modos correctos de actuar. Por eso, es muy común que se utilice
la desensibilización, antes que
el contracondicionamiento. Cuando
un perro ya puede controlarse frente a otros perros, entonces ya es posible enseñarle
acciones específicas que faciliten su interacción con los otros perros como sentarse
o como no verlos de frente, sino de perfil, ambas señales de "calma" que evitan peleas, o acciones que
eliminen un comportamiento no deseado como ver fijamente al dueño, lo que evita
que siga viendo o ladrando al otro perro. Lo único que hay que hacer es premiar
al perro selectivamente cuando está pasando otro perro frente a él y cuando el
perro realiza la acción que queremos, premiarlo. Por ejemplo, pasa un perro
frente al perro que queremos condicionar, entonces, si el perro que estamos
manejando se sienta lo premiamos. Si ladra, no lo hacemos. Con repeticiones y a lo largo de varias sesiones, el
perro aprenderá a relacionar al otro perro con premios (lo que modifica los
sentimientos de ansiedad, temor o inseguridad), a sentarse cuando pase otro
perro para recibir su premio. A la larga, el perro acepta ver otros ejemplares
y se sienta en cuanto los ve, lo que evita que jale la correa, ladre o los
amenace. En estos ejercicios también la distancia es indispensable. Se debe comenzar a la distancia necesaria, como en
la desensibilización y sólo debe acortarse esta mientras el perro siga
manteniéndose tranquilo, atento y apto para ponerle atención a su manejador.
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