Los cambios superficiales por el envejecimiento, como el
cambio de color del pelo en el hocico o la pérdida de dientes, se producen
mucho antes en algunos perros que en otros. A medida que el animal se hace
mayor, se deterioran la vista y el oído. Pueden aparecer molestias en las articulaciones
(sobre todo en perros de tamaño grande), la piel pierde elasticidad y los músculos
se encogen. Los síntomas de envejecimiento varían de un perro a otro y pueden no
ser apreciables al principio. Hay que tener paciencia ante los cambios de
comportamiento que pueda presentar y no hay que exigirlo con largos paseos o
períodos de juegos agotadores. Debemos respetar a nuestro amigo y no pretender
que siga siendo tan activo como antes, hay que prestar mucha atención ante los
cambios climáticos, evitar en todo momento los cambios bruscos de temperatura y
por sobre todas las cosas hay que demostrarle que los seguimos amando como
siempre aunque ya no pueda correr a traernos sus juguetes o hacer los trucos
que le enseñamos.
Signos de envejecimiento
Los músculos se contraen y el cuerpo se debilita.
El pelaje se vuelve más ralo y seco.
El oído se deteriora, llegando en algunos casos a la sordera
completa.
El cristalino del ojo se cubre con una nube gris azulada.
El pelo se vuelve blanco en el hocico y las orejas.
El fluido de las articulaciones se seca, causando inflamación
y molestias.
Cómo ayudarlo
Cepillarle los dientes: La infección de encías permite a las
bacterias pasar al flujo sanguíneo, este riesgo se reduce cepillando los
dientes con cuidado y de manera más frecuente que cuando era más joven.
Cuidado de los ojos: limpiar periódicamente el exceso de
secreciones, se puede complementar con el uso de colirio (consultar con el
veterinario sobre cada caso)
Cuidado de orejas: la cera se acumula con mayor rapidez en
perros adultos, hay que comprobar el estado de las orejas semanalmente,
despejar el canal auditivo de suciedad y pelos.
Limpieza: los perros adultos se asean menos que los jóvenes,
debido a que su cuerpo es menos flexible. Hay que utilizar cepillos suaves
porque la piel se hace más fina y sensible. El baño debe ser corto y tratando
de no estresar al animal.
Alimentación: Hay que consultar con un veterinario que dieta
es la mejor para nuestro perro, el ejercicio disminuye, el hígado y los riñones
bajan su efectividad y no son necesarias las mismas calorías que antes, hay que
prestar atención a los extras que se le dan para que no engorde.
Masaje: las molestias en las articulaciones son frecuentes,
si nuestro perro no hace ejercicio podemos darle un suave masaje en músculos y
articulaciones flexionando las patas suavemente cuando está relajado.
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