miércoles, 14 de marzo de 2012

ENTRENAMIENTO - EL METODO NELVEG - 2° PARTE


Castigos

Jamás, bajo ningún aspecto o motivo, entrenando o fuera del entrenamiento, le impongas castigos físicos o psicológicos a tu perro. No lo golpees ni con tu mano ni con cualquier otro elemento (diario enroscado, por ejemplo). Tu perro debe respetarte como su líder y no tenerte miedo! Si lo golpeas, estarás criando un perro temeroso de vos. No premies a tu perro por conductas indeseables: por ejemplo, no le des comida cuando te pide mientras estás comiendo, ni tampoco lo empujes (él pensará que estás jugando, o sea, una forma de premio).


Premiar lo bueno, ignorar lo malo.

 Tu perro - y especialmente si es aún cachorro – no sabe muchas veces distinguir lo "bueno" de lo "malo", como vos lo harías. Es muy fácil enseñarle. Si siempre lo regañas por lo que hace mal, él se sentirá frustrado, pues nunca te complace nada de lo que haga. En su lugar, premialo por cualquier cosa que esté haciendo que te parezca bien. Olvidate de las órdenes y los comandos. Si estás viendo la televisión y él está sentado y tranquilo... "muy bien!" y dale una recompensa. Si nunca le prestas mayor atención, el se conformará con cualquier tipo de atención de tu parte, incluso la atención negativa, como lo son los regaños. Si está haciendo algo malo, dile "NO!" pero no digas su nombre cuando lo regañes. Cuando se detenga, felicítalo en el momento. No lo castigues ni lo aísles.


Recompensas

Las recompensas deben ser eso: premios. El alimento balanceado no es un premio, es su comida habitual. Ejemplos de recompensa son: queso, pollo cocido, manzana, zanahoria, galletitas para perros, etc. Las recompensas deben ser fraccionadas en un tamaño pequeño. Lo importante es la cantidad de recompensas recibidas, no el tamaño de las mismas. Las felicitaciones, abrazos, y elogios, también son formas de recompensa, aunque éstas deben ser “aprendidas” por los perros (el apreciar el afecto del humano no es instintivo). Es bueno premiar con comida y elogiar / abrazar / etc. Otra forma más de recompensa son los juegos (dar el juguete favorito, por ejemplo) Los perros aprenden rápido, pero fijan su aprendizaje a través de la repetición y la consistencia: haz siempre lo mismo, hazlo siempre igual. No lo sobreprotejas ni premies el mal comportamiento. Si tu perro se asusta de algo, lo levantas, lo abrazas y le decís con voz dulce "bueno, chiquito, tranquilo...", estarás premiando su miedo. Tu perro nunca tendrá la confianza necesaria en sí mismo. Igualmente, si haces callar a tu perro mientras le ladra a una persona o a otro perro con una actitud similar, tu perro está recibiendo el mensaje equivocado, ya que él siente que lo estás premiando por ser agresivo hacia la gente u otros perros.


Un perro es un perro

Trata y educa a tu Caniche de la misma manera que lo harías si tuvieras un Pastor alemán. Tienen la misma capacidad para aprender, y ciertamente merecen la oportunidad de ser educados apropiadamente. Sobre todo, considera que tu perro es un ser vivo que tiene sentimientos y te ama incondicionalmente. No traiciones su amor. Básicamente, la diferencia entre cánidos relacionándose entre sí, versus la relación humanos-cánidos, es que los cánidos tienen múltiples niveles de advertencia. Esto significa que dejan la agresión como último recurso. Antes de agredir hay todo un conjunto de manifestaciones (o rituales) tanto verbales como corporales, que van desde una simple mirada, a un gruñido, a tirar una mordida al aire, etc., que sirven como disipadores. Los humanos sin embargo, en su gran mayoría tenemos el "hábito" de utilizar ese último recurso como único recurso. Por eso es que raramente los perros responden ante nuestra mirada, sino que sólo responden ante el golpe. ¿Qué advertencia diste antes? Por lo general, ninguna, o tal vez una muy breve que ni siquiera da tiempo al perro a cambiar su conducta. Un excelente ejemplo es imaginar el estado de ánimo de un perro como una especie de semáforo. Cuando está en verde, está todo normal y en paz. Cuando está en rojo, es una guerra desatada.


Semáforos humanos, semáforos caninos

Los humanos sólo solemos tener verde y rojo, y en muy contados casos, un muy breve amarillo. Esto significa, o estamos en paz, o castigamos, sin medias tintas. En comparación, los perros y los lobos, tendrían un semáforo más sofisticado, imaginate un semáforo de 4 ó 5 colores. Verde (estamos en paz), Azul (hummm), Amarillo (me estás
poniendo nervioso, vete), Naranja (última advertencia: o te vas, o se va a poner feo), y por último, rojo. Lo bueno de este sistema de "semáforos imaginarios", es que un perro solo necesita "ver que cambió a azul" para deponer un comportamiento, no le hace falta que se le de una golpiza cada vez.


En la práctica

Las próximas veces (plural, significa muchas veces!) que veas a tu perro hacer algo que  consideres molesto, en lugar de pasar de ignorarlo a castigarlo, haz la prueba y recuerda lo de los semáforos. Planifica cuidadosamente qué comportamiento vas a asociar con cada uno de los cinco colores. Por ejemplo, el verde puede ser ignorar completamente a tu perro; el azul es girar tu cabeza hacia él y mirarlo fijamente; el amarillo, ponerte de pie mirándolo fijamente y diciendo "nooooooooo" en forma grave y como advertencia; el naranja regañarlo ya de forma sobreactuada (como si le estuvieras ladrando). Y en el último, ultimísimo de los casos, llegarás al rojo, donde puedes por ejemplo darle una sacudida tomándolo por su piel alrededor del cuello. Por supuesto, que prácticamente jamás! deberás llegar al rojo.
Debes emitir siempre tus advertencias en el mismo orden, y sin saltearte ninguna, sin importar qué tan malo sea el comportamiento de tu perro. Inmediatamente que tu perro deponga su mal comportamiento (y sin importar en qué "color del semáforo" te encuentres) deberás volver inmediatamente al verde. Si sigues mostrándote enojado, tu perro no aprenderá que hizo el comportamiento que buscabas. La mejor manera de describir a un perro deponiendo un mal comportamiento es lo que la gente identifica comúnmente como un perro  que "se ve culpable"


Tips y advertencias

· Nunca te enojes de veras con tu perro. Actuá como si estuvieras enojado.
· No castigues a tu perro por tiempos prolongados. En cuanto muestre buen comportamiento, se terminan las consecuencias negativas.
· No practiques esto con perros que no sean los tuyos, ni con tus propios perros si tu liderazgo no está plenamente establecido, o de otra manera te arriesgas a que el perro también incremente el nivel de agresión, pudiendo llegar, incluso, a atacar.
· Con un cachorro, jamás llegues al "rojo".


Perros que saltan sobre la gente

Cuando tu perro salta sobre vos u otras personas, lo hace por felicidad, y para demostrar respeto a su "superior" lamiéndote la cara, o para "tocar narices". Este es el motivo por el que no podemos castigar ni enojarnos en esta situación. En el peor de los casos, podría hacer que el perro se vuelva miedoso de las personas o agresivo hacia. Lo que necesitamos hacer es que se detengan los saltos. Existen varias formas para hacer que un perro deje de saltar sobre las personas, pero la mejor es utilizando el lenguaje del perro. Los perros adultos dan la espalda y se alejan de otros perros molestos que - por ejemplo - se la pasan tocandolos. Entonces eso es lo que debemos hacer: cuando el perro se acerque te salte, debés darle la espalda (o al menos, un lado) inmediatamente. Pide a otras personas que ante esta situación hagan lo mismo. Tan pronto como veas que levanta sus patas delanteras del piso, le das la espalda y empezas a caminar tranquilamente en el sentido opuesto. No le hables, no hagas nada, excepto darle la espalda e ignorarlo. Es increíblemente efectivo y luego de muy poco tiempo, si lo haces en forma consistente, los saltos disminuirán hasta desaparecer completamente. Esto se llama extinción: al no darle atención, el comportamiento simplemente desaparece. Es algo que el perro puede comprender con gran facilidad, dado que ellos mismos utilizan este recurso. Cuando notes que tu perro pierde interés por saltar, y esté con sus cuatro patas en el
piso, dale lo que buscaba: atención, caricias, juego. ¿Y si se excita y quiere saltar nuevamente? Simplemente vuelves a darle la espalda e ignorarlo. Y vuelves a esperar a que se calme para darle nuevamente tu atención. Empezá realizando este ejercicio sólo tu perro y vos. Buscá aquellas oportunidades cuando sabés que él saltará (cuando regresás a casa, por ejemplo). Más adelante, incluye en el ejercicio a otros miembros de la familia y por último, solicitá la ayuda de otras personas. Primero, trabaja en tu casa y luego fuera, en distintos ambientes como la vereda o la plaza, para darle oportunidad a tu perro de generalizar el comportamiento. Con las personas a quienes por cualquier motivo no les puedas pedir que le den la espalda (por ejemplo, chicos pequeños, ancianos, o personas con algún impedimento físico o simplemente que no tengan voluntad para colaborar con vos y con tu perro), deberás asegurarte que el perro no tenga la oportunidad de saltarles, manteniéndole con correa y lo suficientemente alejado de ellos. Sostenelo en forma calmada, sin retarlo y sin tirar de la correa. El objetivo en este caso es, simplemente, remover la oportunidad de saltar.


Conclusión

Cuando intentás enseñarle algo a un perro, no tiene sentido ser violento, esto sólo los hace inseguros y miedosos. Lo mejor es encontrar otras maneras de lidiar con el asunto. Y, en lo que respecta a saltar, lo descripto arriba es el método más efectivo, pues se le está dando un mensaje al perro en un idioma que él puede entender.

1 comentarios:

milenita dijo...
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